Del Orinoco a la UAM Iztapalapa. El otro vuelo de las mariposas monarcas

Martín M. Checa-Artasu
junio-julio de 2024

 

 

Ramón Morales Rossi, Homenaje a las monarcas, 2002 (detalle)


En la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana se asienta en la plaza principal, junto a unas máquinas de vending, la escultura: Homenaje a las monarcas. Esta pieza fue realizada en 2002 por el artista venezolano Ramón Morales Rossi en el marco del Simposio internacional de escultura de acero inoxidable de Tultepec de 2001. Estos simposios fueron impulsados desde 1992, y por varios años, por el artista plástico mexiquense Miguel Ángel Hernández Urban (1936-2017), del que también hay un par de esculturas en la Unidad Iztapalapa.[1]

Probablemente, la escultura llegó a la Unidad Iztapalapa en 2004 de la mano de una donación de varias obras que realizó el propio Hernández Urban a la Universidad Autónoma Metropolitana coincidiendo con el treinta aniversario de su fundación.

Es una pieza tronco-piramidal de casi tres metros de alto conformada por dos láminas de acero entrecruzadas que en su parte superior presentan un espacio hueco, ovoide, de donde pende colgado con alambres corrugados un canto rodado de río. En su parte inferior, las dos láminas de acero presentan una suerte de pictogramas que, como veremos, son fundamentales para entender el simbolismo de esta pieza y su conectividad con una problemática ambiental concreta.

Interesado por conocer más por esta pieza hace unos meses telefoneé al artista Martínez Rossi a su estudio en Ciudad Bolívar, en el Estado de Bolívar, al sureste de Venezuela. Debía de ser la una de la tarde y mantuvimos una primera conversación a duras penas, dado que de fondo se oía un ensordecedor ruido donde se mezclaban una corriente de agua, el movimiento de insectos, grillos cantores y aullidos de monos. El artista me invitó a que lo llamará más tarde, de noche. Me dijo que no podía atenderme porque quien hablaba en esos momentos, era el Orinoco, mismo que corría a la vera de su estudio. Unas horas más tarde, ya de noche, volví a comunicarme. Pudimos hablar un buen rato. Aprendí los significados de esta pieza. El Orinoco nos dejó hablar, estaba tranquilo, relajado. Dormía.

Gracias a nuestra conversación Martínez Rossi me regaló el siguiente audio (que copio) donde explicaba el sentido de su pieza:

 

En México, tuve la gran oportunidad de ver el extraordinario espectáculo de la migración de las mariposas monarcas, hoy amenazadas por los cambios de temperatura, la sequía y otros impactos del cambio climático. Desde Estados Unidos a México impulsadas por estos factores llegan a los bosques de Michoacán y otros países centroamericanos. En algunas historias se dice que son las almas que regresan. En otras, guerreros que han vuelto tras morir en la batalla. Estos párrafos, estas historias fueron determinantes para entender la vulnerabilidad de estas anaranjadas negras y blancas mariposas.

Homenaje a las monarcas es una obra que muestra en su parte superior el descanso de las mariposas que completan una migración de ida y vuelta. En su parte inferior, se observa la horizontalidad de un paisaje visto desde las orillas del río Orinoco donde los pescadores y pobladores se encuentran con las estrellas, la Luna, el Sol. En un ecosistema natural donde la luz brillante de los astros se apodera de la noche.

 

A partir de esta explicación supe que Martínez Rossi, como el poeta mexicano Homero Aridjis, había quedado fascinado y subyugado por ese espectáculo de la naturaleza. Un espectáculo que a Aridjis le abrió su vocación literaria y ambientalista y que dejó plasmado en su libro La Montaña de las mariposas (Alfaguara, 2007).  A Martínez Rossi le activó su poética artística interior, tanto como para ser capaz de hacer una obra fuera de sus coordenadas espaciales familiares, pero usando los materiales (el acero, la piedra, el alambre) que marcan su obra.[2] (Beitrag, 2022). 

 

Ramón Morales Rossi, Homenaje a las monarcas, 2002, acero inoxidable, hierro y piedra, ensamblados, 288.5 x 66 x 68 cm, Explanada de la UAM Iztapalapa, Acervo Artístico UAM

 

De paso, su fascinación por esa pavorosa migración de más de 5000 kilómetros de las Danaus plexippus, entre el norte de Canadá y Michoacán, nos había dejado en la uam una guía, una baliza que simbólicamente había de permitir a las mariposas monarcas de Michoacán descansar en el campus universitario de Iztapalapa para que pudieran, si eso pudiera ser factible, seguir su viaje hacía al sur, hacia a Venezuela, hacia la cuenca del Orinoco, una de las más grandes de América Latina. Pudieran allí asentarse y tener una esperanza de salvación, ante las graves amenazas que padecen en Michoacán, donde ahora llegan en su migración, pero desaparecen amenazadas por la tala clandestina, la violencia, el crimen organizado y el abandono institucional. Se trata de un trágico final a pesar de que hemos llamado a sus lugares de arribo santuarios y que desde la academia han sido analizados con detalle desde hace años.[3] (Brenner, 2006; Esquivel et al, 2014).

Para ello, Martínez Rossi nos dejó un mapa, un croquis de pictogramas que usan los pescadores venezolanos para guiarse en este salvaje y espectacular río venezolano, a través de su múltiples caños y canales. Unos pictogramas que también pudiéramos usar nosotros, ya no sólo guiarse en ese caudaloso río, sino para tomar conciencia de qué significa hoy ese viaje migratorio de las mariposas monarcas. Un viaje con varios significados que aquí apuntamos:

 

Como aseveraba el filósofo árabe Ibn Arabí en el siglo XII el viaje es movimiento. Es el movimiento el origen inevitable de nuestra existencia, siempre móvil temporalmente y a veces, espacialmente. Los seres humanos como las mariposas hacemos del movimiento continuo nuestra existencia y este es inevitable y sin este no existiríamos.

 

Por otro lado, como nos señalaba la artista mexicana Olivia Barrionuevo en su proyecto: La monarca su migración es sinónimo de esperanza, resistencia, fortaleza y belleza.[4] La mariposa contiene en su cuerpo esos conceptos, mismos que la poesía de la escritora española Marta Sánchez Payerpaj en su libro Mariposas Monarcas (Mándala 2020), nos reafirma de la siguiente forma:

 

… la mariposa monarca, llevaba en su cuerpo el peso de haber atravesado el océano varias veces y haber se instalado más allá, en “aquellas montañas donde me hablaron los chamanes”. Esa mariposa tuvo que remontar huracanes, aprender a buscar y disfrutar de la brisa a favor; adaptarse al frío. Amamantar y crear su propio ecosistema de donde alimentarse alimentando. “Desde el fluido maternal/ el alma encarnar en mí/ en ellas/ en las que me siguen”. Después se deshizo. El mundo dejo de ser, su alma se desmembró y la mariposa monarca buceó en las corrientes más frías del océano, pero siguió alimentándose.

 

Además de todo ello, su retorno a los lugares donde sus ancestros también criaron y migraron revela la conexión biofílica de la mayoría de los seres vivos del planeta con la naturaleza. Conexión que los seres humanos también poseemos aun cuando la denostamos y olvidamos. El apego a la naturaleza, contenedora de la vida, sinónimo del movimiento continuo de la existencia que estamos transitando, siempre, hasta un determinado final.

Pero hoy, quizás la obra de Martínez Rossi en la UAM Iztapalapa nos sirve para otro homenaje más, el que debemos dedicar al ambientalista michoacano Homero Gómez González, “El Guardián de las Monarcas”, desaparecido, probablemente asesinado, hace cuatro años por su defensa de los bosques de la comunidad de El Rosario. Uno de esos santuarios donde migran las mariposas monarcas, hoy resquebrajados por la inseguridad y la violencia que atenaza muchos lugares de México.


[1] Villafuerte, Susana (2012), “La escultura monumental en acero inoxidable, una tradición en Tultepec”, Artelogie, 2, http://journals.openedition.org/artelogie/7937

[2] Breitrag (2022), “Ramón Morales Rossi un artista a la orilla del Orinoco”, de.cba.media [podcast] https://de.cba.media/581902

[3] Brenner, L. (2006), “Áreas naturales protegidas y ecoturismo: el caso de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, México”, Relaciones. Estudios de historia y sociedad, 27(105), 237-265.

Esquivel-Ríos, S., Cruz-Jiménez, G., Cadena-Inostroza, C., & Zizumbo-Villarreal, L. (2014), “El turismo como instrumento de política ambiental en el Santuario de la Mariposa Monarca El Rosario”, Economía, sociedad y territorio, 14(44), 141-174.

[4] Flores Soto, Alondra (2017), “El éxodo de la mariposa monarca honra la capacidad humana de reinventarnos”, La Jornada, 14 de septiembre de 2017, https://www.jornada.com.mx/2017/09/14/cultura/a05n1cul

Ir al inicio

Compartir

Martín M. Checa-Artasu

Departamento de Sociología, UAM Iztapalapa.