Casa del tiempo es la revista mensual de la Universidad Autónoma Metropolitana, fundada en 1980 por Carlos Montemayor. El primer número se publicó en el mes de septiembre del mismo año e incluía colaboraciones del propio Montemayor, Gustavo Sáinz y Fernando Salmerón, por mencionar algunos. Desde este primer número, Casa del tiempo se ha vuelto un referente de la Universidad en cada una de sus cinco épocas al ser uno de los medios más importantes para cumplir con la tercera función sustantiva de nuestra universidad: preservar y difundir la cultura. Nuestra revista es reflejo del panorama artístico y cultural que se desarrolla dentro y fuera de la comunidad universitaria, así como un espacio de análisis y debate de los problemas que se suscitan día con día en nuestra sociedad. A lo largo de sus 45 años de historia, Casa del tiempo ha publicado colaboraciones de miembros de la comunidad académica de la Universidad, y, de manera importante, de diversos géneros como ilustración, fotografía, ensayo, crónica, reseña, cuento y teatro de creadores y especialistas de edades, perfiles y afinidades estéticas de diversa índole, lo que permite que sea, ineludiblemente, un panorama amplio de la creación, la reflexión y el arte en México.
En sus 45 años de existencia, Casa del tiempo se ha convertido en un punto de encuentro en donde el análisis y el debate de los problemas que se suscitan día con día en nuestra sociedad se desarrollan de manera constante; asimismo es un reflejo del panorama artístico y cultural que se desarrolla dentro y fuera de la comunidad universitaria. La sociedad mexicana ha encomendado a la Universidad Autónoma Metropolitana el cumplimiento de tres objetivos: la formación de ciudadanos y recursos humanos especializados en las disciplinas que cultiva o que podrá cultivar; la creación, apropiación, transferencia y aplicación del conocimiento con base en el respeto a la diversidad de pensamiento; y la preservación y difusión de la cultura en un marco de libertad de expresión.
Casa del tiempo es un instrumento para difundir el conocimiento por medio de textos escritos que analizan las condiciones sociales existentes, a la vez que vislumbran y proponen soluciones y alternativas a los problemas contemporáneos; además, se ha buscado que se represente no sólo lo que se concibe comúnmente con “cultura” —literatura, música, artes plásticas y escénicas— sino que el concepto vaya más allá y se entienda como toda manifestación de una sociedad, artística o, sencillamente, del conocimiento.
Casa del tiempo contribuye a la construcción de un capital simbólico y es parte de la memoria histórica de nuestro país. Heredera de hitos culturales como Azul, Revista Moderna o El hijo pródigo, es necesario conservar el ímpetu y la pasión con los que Carlos Montemayor, hace más de cuarenta años, inició esta aventura.