El proyecto autobiográfico de largo aliento Tapas y medias suelas: 500 pesetas, de la creadora Aurora Alcaide Ramírez, despliega para esta muestra algunas de las tesituras críticas que ha venido construyendo en torno a las relaciones entre arte y memoria.
Acá las formas de la memoria diseminan y complejizan las configuraciones habituales de temporalidades, espacios afectivos y lógicas productivas. No se trata de rememorar, testimoniar o reconstruir el pasado —como si eso fuera posible— en simples ejercicios de restitución poética. Las performatividades/instalaciones de Aurora Alcaide devienen escenarios polisémicos de prácticas laborales artesanales en desaparición, que, desde la indagación en los archivos de su familia, permiten volver a tejer conexiones entre procesos de industrialización, migraciones, tramas de Modernidad y capital.
El hallazgo de un contenedor de materiales en el taller de reparación de zapatos de su padre en la casa familiar en Montilla (Córdoba, España), le permitió a la artista no sólo asomarse a los recuerdos de su infancia, sino también articular un trabajo colaborativo a partir del legado de su padre fallecido. De este modo, los restos de cueros, cauchos, cáñamos y las herramientas utilizadas por él se activan en el gesto creativo-analítico de Aurora mediante procesos experimentales de cosido, pegado, agujereados y/o clavados que amplifican las dimensiones simbólicas de esa materia prima y le yuxtaponen muchas otras significaciones. Quizás una de las más polémicas resulta la homologación —siempre disruptiva— entre arte y artesanía.
El estatuto de esos restos descartados por su padre adquiere entonces, en la conceptualización de Aurora, una perspectiva renovada sobre las políticas de archivación. Desde enunciados localizados en las tramas biográficas de un oficio común, pero en proceso de desaparición, esta muestra posibilita visibilizar tensiones y nuevas narrativas que vinculan vestigios íntimos y prácticas de memorias sociales. La multiplicidad de fragmentos, los recortes y los desgarramientos que estructuran las piezas parecerían emular las operaciones subversivas de la memoria. De ahí que las resonancias de la dupla historia/memoria aparecen como huecos, vacíos e intervalos; signos elocuentes de una relación desajustada y asincrónica entre pasado y presente.
Aparar la memoria apuntala, además, la torsión del propio proceso creativo de la artista ante el reencuentro con esos remanentes o residuos familiares y la constatación de los saberes en desplazamiento. Su proceder expresivo renuncia a la literalidad de evocaciones convencionales de la memoria para disponer de un lenguaje tropológico que zurce los pliegues y nudos de sentidos a los recursos matéricos de las instalaciones, fotografías, videocreaciones, objetualidades e insumos de archivos de la investigación de la también profesora de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Murcia.
Aparar la memoria, de Aurora Alcaide Ramírez.
Fotografías: Ángel Sánchez Sánchez.
Aparar la memoria, de Aurora Alcaide Ramírez.
Fotografías: Ángel Sánchez Sánchez.
Aparar la memoria, de Aurora Alcaide Ramírez.
Fotografías: Ángel Sánchez Sánchez.
Aparar la memoria, de Aurora Alcaide Ramírez.
Fotografías: Ángel Sánchez Sánchez.
Aparar la memoria, de Aurora Alcaide Ramírez.
Fotografías: Ángel Sánchez Sánchez.
Aparar la memoria, de Aurora Alcaide Ramírez.
Fotografías: Ángel Sánchez Sánchez.
Aparar la memoria, de Aurora Alcaide Ramírez.
Fotografías: Ángel Sánchez Sánchez.
Aparar la memoria, de Aurora Alcaide Ramírez.
Fotografías: Ángel Sánchez Sánchez.
Aparar la memoria, de Aurora Alcaide Ramírez.
Fotografías: Ángel Sánchez Sánchez.
Aparar la memoria, de Aurora Alcaide Ramírez.
Fotografías: Ángel Sánchez Sánchez.
Profesora investigadora en la uam Xochimilco. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de La Habana. Doctora en Estudios de Asia y África, con especialidad en Arte Africano Contemporáneo, por El Colegio de México. Coordinadora General de Difusión de la uam.