Imágenes de Cypress Hill: https://cypresshill.com/
En los conciertos de Cypress Hill en México nunca faltan los gritos del público para pedir (en vano) que canten en español. Por más tremendo que haya sido el show, al terminar, en medio del mar de gente que se dirige a la salida, siempre pueden oírse los comentarios de decepción por no haber escuchado casi ninguna de sus canciones en nuestro idioma. “Yo quiero fumar” es la única que nunca falta en el setlist, y eso incompleta. Más recientemente, han incorporado primero el coro “¿Cómo te puedo hacer entender?” y luego una estrofa completa de “No entiendes la onda” alternando con la versión original de “How I Could Just Kill A Man”. Pero eso es todo.
Hace veinticinco años, el grupo de rap angelino lanzó Los grandes éxitos en español (1999), una antología que compila versiones en nuestro idioma de sus temas más conocidos hasta su cuarto álbum. A pesar de ser una rareza menor en su discografía, posiblemente ha sido el disco más influyente para la historia del hip hop en México. Sin embargo, la opinión está dividida: por un lado, se le considera un clásico, y es el mayor responsable de la popularidad de la banda en toda América Latina, incluso entre un público poco familiarizado con el género; por otro, muchos seguidores del grupo lo rechazan categóricamente, pues es verdad que sus versiones no están a la altura de las originales y en comparación llegan a parecer burdas.
Lo cierto es que se trata de un caso único de traducción en el hip hop y desde ese punto de vista no deja de ser una proeza a pesar de sus altibajos. No fueron los mismos letristas originales, B-Real y Sen Dog, los autores de estas versiones, pues, a pesar de su ascendencia latina, su español es muy limitado. Es un lugar común pensar que sólo los poetas pueden traducir poesía, y en este álbum se aplicó un principio análogo; la tarea estuvo a cargo de dos raperos: Mellow Man Ace, hermano de Sen Dog, y Sick Jacken, miembro de The Psycho Realm. El primero es uno de los pioneros del rap en español estadounidense y el segundo uno de sus mejores exponentes; sin embargo, en ambos casos la mayor parte y lo mejor de su producción es en inglés. Sobra decir que ni uno ni otro contaba con experiencia traduciendo, pero su intuición artística los llevó descubrir y combinar una variedad de las mismas metodologías que se han identificado en la traducción de poesía con resultados desiguales.
El track inicial, “Yo quiero fumar” (I Wanna Get High), es lo que suele llamarse una adaptación, una versión totalmente libre que sólo se apega al tema del original: una oda al consumo de marihuana. Quizá por lo mismo sea una de las canciones mejor logradas, pues el discurso resulta más natural. A lo largo del disco los traductores hacen lo mismo sólo en estrofas o fragmentos menores de cada tema conservando en gran medida el sentido de las letras originales.
Sin duda el principio rector de la traducción fue mantener la rima; evidentemente, un requisito indispensable para el género musical que se aplicó mediante una amplia gama de formas. Es notable el ingenio para mantener tanto el sentido como la rima de muchos pasajes: “Cops, come and try to snatch my crops” se vuelve “Policía quiere coger lo que crecía”, por ejemplo. En otros casos, se traduce el sentido de una frase inicial mientras que la continuación se desvía siguiendo la rima. En “Checkmate” Sen Dog compara su habilidad verbal con la de su DJ y productor iniciando una serie de rimas con el sonido il(s): “Cuttin niggas up like Muggs on the wheels. / For reals, penitentiary steel”. En español se mantiene la primera imagen y el resto cambia para rimar ahora en esa: “Cortando raperos como Muggs en la mesa. / Sorpresa, te rompí la cabeza”. Otro tipo de solución pasa por la distribución del verso: “Chingo de tiempo para que termi- / ne las misiones que establecí” es una traducción muy literal, pero cantada con ese encabalgamiento para hacer que rime.
En ocasiones, el afán de literalidad llevó a los traductores a abusar de las rimas fáciles en gerundios e infinitivos. La segunda estrofa de “Dr. Dedoverde” rima nueve gerundios donde “Dr. Greenthumb” tiene rimas diferentes. Algunos resultan, además, muy forzados: “Mi gente no vive sin yerbando [sic] / si no, estuviera pedo chocando” apenas se entiende si se sabe que reemplaza “People can’t live without the herb man / if not they be drinking and driving and swerving”. En otros casos, el problema no es de la traducción, sino de la ejecución. En “Tequila Sunrise”, se logró rimar y transmitir el sentido de “Trágate el gusano, cabrón. / Soy el matón. / Si no me matas, te mato a ti como un ladrón”, pero B-Real al rapearlo simplemente no le imprime la misma fuerza ni la melodía del inglés: “Eat the worm, motherfucker, / while you burn, motherfucker / Better kill me, don't let me return, motherfucker”.
El tratamiento de referencias culturales es inconsistente en el álbum. Algunas se mantienen al pie de la letra aunque resulten incomprensibles para el público hispánico, como los número 1, 8 y 7 al inicio de “Marijuano locos” (Stoned Raiders), que corresponden al código penal de asesinato en California. “Por eso yo no trago del cuatro cero”, dice B-Real en “Loco en el Coco” (Insane in the Brain), fiel a la letra original, aunque pocos entenderán que se refiere a una botella de 40 onzas. En la misma canción, si fuera más reciente la traducción de “Just like Louie Armstrong played the trompeta / I’ll hit that bong”, pensaría que se debe a una IA que confundió el apellido del legendario jazzista con la frase “I’m strong”: “Como Louis tengo fuerza toca trompeta / le pego a la pipa”. Por lo demás, la comparación daba una mejor imagen con el bong que con la pipa. Más acertada es la adaptación en “Tequila Sunrise” de “Como Chalino aquí estoy pa’ la raza”, aunque apegarse a “The brown Robin Hood lookin’ out for tha raza” se hubiera entendido bien. Otras referencias simplemente desaparecen, como la de “one nation under a groove”, una canción de Funkadelic, en “Stoned Raiders” o la mención del rapero MC Eith en “Dr. Greenthumb”.
Resultan particularmente interesantes los ejemplos de “traducción fonética”, la cual consiste en imitar los sonidos del original dejando de lado el sentido: por ejemplo, do low por duro, business por brinques o alley por Cali. La secuencia “Smooth and togetha. / Raw like leatha / Ain't goin' out like a punk, neva” cambia completamente su sentido, mas conserva el sonido de las rimas en eda y eva: “Di qué te queda / la fusca te lleva / A la muerte más rápido si eres leva”. Desde luego, la música imponía también un apego a la métrica, un gran reto al traducir de una lengua que suele ser más compacta. Los traductores grabaron muestras de sus textos para que B-Real y Sen Dog supieran cómo rapearlos: la pronunciación y dónde hacer pausas para respirar.
En una entrevista reciente, Mellow Man cuenta que los vocalistas de Cypress Hill querían cambiar palabras y él tuvo que explicarles el principio más básico de la traducción: que ciertas expresiones de un idioma no tienen sentido en otro y que, si insistían en decirlas, la gente los iba a tachar de ser “unas falsas” (pecado capital del hip hop noventero). No obstante, no se evitaron algunos calcos del inglés incomprensibles en español: “me enseñó la foto grande” por “showed me the bigger picture” o “corriendo por cubre” por “runnin’ for cover”. Asimismo, abundan las discordancias de persona, número o género gramatical y conjugaciones inexistentes.
Además de dichas anomalías, la poca naturalidad del español se refleja en cierto aplanamiento estilístico aun cuando el sentido se conserva de manera general. Por ejemplo, “Hide from the red light beam” es una imagen más sutil que “Corre de la luz de la chota”; además, la mención directa a la policía en vez de solo sugerirla descontextualiza lo que sigue: “Now do you believe in the unseen?”. Este tipo de rebajamiento estilístico puede parecer leve, pero, al acumularse ininterrumpidamente en todo el disco, termina por sumar una diferencia considerable con las versiones originales. En cuanto a la jerga callejera, no faltó diversidad léxica: los blunt, hoota, buddha, punk, sucka, mutherfucker, nigga, gat, chrome y fuck fueron debidamente sustituidos por toques, mota, yesca, putos, pendejos, cabrones, compas, chota, fuscas, y las conjugaciones adecuadas del verbo chingar.
En la entrevista mencionada, Mellow Man dice bromeando que sigue esperando que los miembros de Cypress Hill le entreguen también a él su disco de platino por este multipremiado álbum. Como suscriptor de la lucha por la visibilidad del traductor, opino que se lo merece. Sí, las versiones originales son mejores, pero generaciones de oyentes las conocimos gracias a este primer acercamiento que nos condujo no solo al grupo, sino al género musical. Por eso, en esos conciertos, yo también enloquezco junto a la multitud cuando B-Real rapea al menos unos coros en español, pero ¿cómo te puedo hacer entender?
(Naucalpan de Juárez, 1987)
Es traductor literario. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas por la unam y el Diplomado en Traducción Literaria y Humanística (Ametli-Caniem). Ha colaborado en Punto de partida, Liebre de fuego y Pájaro azul.