No he muerto. No he nacido. Es una exposición de Magali Ávila de pintura expandida que juega entre lo figurativo y lo abstracto, donde incluye instalación, poesía visual, trazos y suturas de un proceso que la artista emplaza, desde la cotidianidad de la deconstrucción y reconstrucción como la fragmentación de vida misma y su eterno ciclo en el contexto tormentoso que vivimos en la actualidad. En ello, algunas de las series se preguntan por la invisibilidad de la desaparición a partir de restos óseos, como vestigios de lxs que no están, y la urgencia que aparezcan como un nuevo día.
Desde lo técnico, la artista va más allá de la pintura abstracta y su materialidad, pone el cuerpo mediante el action painting, el encausto en caliente y en frío, la pintura en óleo, técnicas mixtas y experimentales, como zona de acción para ir del gran formato a la fragmentación de éste, que vuelve a componer con suturas como analogía de nuestras heridas, que toda reconstrucción las tiene, de tal manera que puedan cicatrizar apropiadamente. Así, la costura o ligaduras de la segmentación que cose la artistale sirven para construir otra pieza, de lo que quedó, mediante una des/composición de colores vivos entramados con gráfica suturada.
Los movimientos de los trazos y texturas de colores son la marca del tiempo que transita en el día a día, aunque uno no es igual a otro, son el signo de lo que se mueve constantemente en lo cotidiano. Analogía del día y la noche como la vida y la muerte que se renueva persistentemente. Lo cotidiano es la inmanencia, la perpetuidad de volver a comenzar, como lo hace el amanecer y anochecer, como el nacer y morir que la artista impregna de sentido mediante dípticos, trípticos y polípticos, series que escribe pintando, pinta como escritura del devenir de lo cíclico y permanente, de la búsqueda y la insistencia de continuar a pesar de las adversidades del presente. Presente, como propuesta de lo único tangible.
Magali Ávila en su abstracción compone una conceptualización visual de colores, costuras y texturas que mezcla con revisiones de la poesía de Alejandra Pizarnik y narrativa de Clarice Lispector, mentoras de estas piezas que la artista conjunta para formar la exposición
Amanecer (reconstrucción de un día), óleo y encausto sobre tela cortada y suturada. Fotografía: Ángel Emmanuel Sánchez
Jardín triangular, óleo encausto en caliente sobre tela y gráfica suturada. Fotografía: Ángel Emmanuel Sánchez
Fotografía: Ángel Emmanuel Sánchez
Amanece, atardece, amanece, atardece, amanece, atardece…, mixta sobre madera. Fotografía: Ángel Emmanuel Sánchez
Invisibilidades, óleo y encausto en caliente y gráfica suturada. Fotografía: Ángel Emmanuel Sánchez
El puente, pasado, presente, futuro, pasado, presente futuro… Acabo de nacer hace unos instantes, mixta, encausto y madera. Fotografía: Ángel Emmanuel Sánchez
El puente, pasado, presente, futuro, pasado, presente futuro… Acabo de nacer hace unos instantes (detalle). Fotografía: Ángel Emmanuel Sánchez
Invisibilidades (detalle). Fotografía: Ángel Emmanuel Sánchez
Tormenta (detalle), óleo encausto y tela sobre tela suturada. Fotografía: Ángel Emmanuel Sánchez
Historiadora y artivista performancera feminista. Ha escrito los libros Belén de Sárraga. Precursora del feminismo Hispanoamericano, junto a Luis Vitale (2000), Entre lo sagrado y lo profano se tejen rebeldías. Arte feminista Latinoamericano (2015), entre otros. Es doctora en Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad de Chile. Es titular de la Cátedra Rosario Castellanos de Arte y Género de la Coordinación de Difusión Cultural UNAM. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores.