Planetas, flores y robots: la poesía no personal de
Beatriz Pérez Pereda

Diana del Ángel
Febrero-marzo de 2024

 

Desde que comenzaron los viajes espaciales, muchas cosas, además de Laika y humanos, han sido enviadas más allá de la tierra. En 1977, por ejemplo, se enviaron dos discos de cobre bañados en oro que contenían los sonidos de la tierra; tenían la intención de ser escuchados por presuntos habitantes de otro planeta. Otro mensaje curioso ocurrió en 2006, a bordo de la sonda espacial New Horizon, cuyo rumbo era Plutón y, literalmente, más allá. Dentro de la nave iban “las cenizas de Clyde Tombaugh, descubridor de Plutón en 1930”. Este hecho es el punto de partida de Crónicas hacia Plutón, de Beatriz Pérez Pereda, una de las poetas más reconocidas del panorama de la poesía mexicana contemporánea.

Hasta hace unos años Plutón era un planeta, el más pequeño de nuestro sistema solar, pero planeta. Descubrimientos astronómicos derivaron en su expulsión de la familia, pues compartía dimensiones con otros cuerpos celestes que orbitaban en el Cinturón de Kuiper, más allá de Neptuno. Ello hizo preguntarse a la comunidad científica si no sería más bien parte de ese grupo. Finalmente, en agosto de 2006, fue recategorizado. Mucha gente se indignó por ello, pues podría decirse que a estas alturas estaban encariñados con el pequeño planeta. Para entonces, las cenizas, el cuerpo polvo de Tombaugh, ya iban hacia Plutón:

 

Cómo explicarle que ha perdido su estatus

de útlimo vástago de una estrella errante y moribunda

Cómo le diré

                        cuando llegue a casa

que soy un mensajero sin presentes

 

Crónicas hacia Plutón es, en parte, la invención de un viaje emocional de un padre hacia su “pequeño hijo”; de un cuerpo a otro, en el espacio exterior, cuyo trayecto nos revela la humilde premisa: “todo en el universo fue y será polvo”. Esta igualdad en la materia, asentada en sentencias bíblicas y en la cultura popular, permite ver a los humanos como planetas. Las leyes de la física y la astrofísica, en este poemario, tienen el mismo estatus.

 

Y como humanos

sólo nos queda mirar hacia adelante

atraídos por una estella que responde al nombre de Esperanza

 

Orbitamos unos alrededor de otros. Soltamos lo necesario para seguir avanzando. Pérez Pereda explora con un lenguaje sencillo la vieja divisa: como es arriba es abajo. Su viaje verbal no concluye que la posición de los astros anuncia inevitables fricciones con tu jefe o que un romance se avecina. Crónicas hacia Plutón encuentra algunas pistas que igualan lo terreste y lo celeste, lo animado e inanimado, lo de adentro y lo de afuera. “Es más sencillo llegar al espacio exterior que viajar al Sol. Igual que en las estrellas, el viaje al interior, al centro íntimo, es más complicado”. Un viaje es también un retorno al padre, al recuerdo de los ancestros, una forma del duelo.

Algunos de los poemas del libro están dedicados a seres inanimados como Opportunity, Spirit, Insight, Curiosity y una zinnia naranja. Esta última quizá no debería estar en la misma secuencia, pues los descubrimientos recientes indican que las plantas tienen tanto movimiento e inteligencia como otros seres animados. Sin embargo, hasta hace unos años Plutón era un planeta y las plantas no eran sensibles. Crónicas hacia Plutón también nos muestra esos tránsitos en nuestra conciencia de Homo Sapiens: la maravilla que es cultivar una flor en una nave espacial, nombrar robots, quererlos y llorarles cuando su batería termina.  

Crónicas hacia Plutón obtuvo el primer Premio de Poesía Óscar Oliva 2022; este galardón se suma a otros tantos reconocimientos recibidos por la poeta tabasqueña. La obra de Pérez Pereda enuncia una voz que traspone los límites y se (nos) enternece con lo que no es humano.

Crónicas hacia Plutón

Beatriz Pérez Pereda

Tuxtla Gutiérrez,
Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura, 2022, 64 pp.

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Diana del Ángel

Escritora y defensora de derechos humanos. Doctora en Letras. Ha publicado Vasija (2013), Procesos de la noche (2017), Barranca (2018), Lucrecias (2021), Lengua hierba (2023) y artículos en diversas antologías, revistas y medios digitales. Actualmente realiza una estancia posdoctoral en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas.