Herbaria. Hortus siccus

Mayra Rojo
Diciembre de 2023-enero de 2024

 

 

Fotograma de Herbaria, filme dirigido por Leandro Listorti en 2022


La flor viviente que encierra el mar
 Max Glücksmann (1895-1946)
… y es que el mar no tiene propiamente flores.

Herbaria es un documental de Leandro Listorti (2022) que bien se podría resumir en una película que aborda la interconexión entre un archivo fílmico y una colección vegetal. Hay una lectura entre líneas que me parece todavía más significativa por su brevedad explícita pero su presencia latente: el monstruo. Cuando se revela se entiende que no puede ser de otra manera la hibridación entre cine-plantas: existen relaciones ocultas que claman revelarse para cambiar el destino de las mentes, del conocimiento de lo que hasta ahora se ha preservado en los hortus siccus, “jardines secos” o herbarios (Sarmiento y Carbonó, 2020).

La figura del monstruo, como dispositivo narrativo no lineal, aparece para advertirnos sobre la imposibilidad de llevar a cabo un diálogo entre plantas y cine desde sólo el camino documental o de ficción, más bien se exponen una especie de rutas de parentescos y asociaciones, a veces fortuitas, que inciden en las narrativas ocultas y latentes entre archivos.

Una vida latente es una condición de lo no muerto. Por ejemplo, las semillas, en estos “jardines secos”, reducen su vitalidad a su mínima expresión, sin embargo, hoy la latencia resulta fundamental para la expansión del uso de los herbarios, introduciéndolos a los estudios 31 de diversidad genética.

Herbaria se vuelve una red que nos atrapa por el gesto de ficción infantil que brevemente atraviesa el relato, la revisión histórica, las propias poéticas cinematográficas que muestra entretejidas por las prácticas de la destrucción tanto en el archivo fílmico como en el herbario y en los bosques.

La pregunta fundante de los archivos permanece, de una u otra manera, durante la hora y veintitrés minutos que dura esta exposición de fragmentos hilvanados a la Frankenstein: “¿qué conservar o no?, ¿quién decide qué conservar?, ¿cómo conservar?”. Mientras resuenan estas preguntas, clave de la existencia y teorización política de la preservación, ocultamiento o borramiento de historias, documentos y memorias, se filtra el relato —en voz infantil— sobre el ataque plantífero que sufrió Florecinda, quien sembró y cuidó a su asesina en su propia casa.

El valor de los archivos y, particularmente, las narrativas que pueden construirse son intrínsecamente relacionales, son parentales a quien narra. En algunos casos como ahora resulta una multiplicidad de voces y parentescos —de tantos tentáculos como una anémona— que se exponen desde el propio interés de Listorti, quien trabaja en el museo del cine Pablo Ducrós Hicken (1903-1969), nombre que refiere al pintor y coleccionista de cámaras y proyectores fílmicos, sobrino del biólogo argentino Cristobal Hicken (1875-1933) cuyo nombre precede a la Escuela de Jardinería.

De esta manera, aparentemente fortuita, se entejen las historias en Herbaria cuya estética es de una película silente, donde en la negativa del silencio puedes cerrar los ojos y sumergirte en el relato sonoro. Desde la primera toma te reciben los silbidos de aves, insectos, pasos sobre la hojarasca, el aire sobre las hojas de los árboles; los sonidos de cuando la planta es sacada de raíz, se le sacude, se le observa, se dobla, se recorta y es prensada entre hojas de papel periódico. Las manos que se sacuden la tierra, las notas que se escriben en la libreta.

 

Fotograma de Herbaria, filme dirigido por Leandro Listorti en 2022

 

Pasamos a las escenas en el archivo fílmico y los sonidos se transforman en el interior mecánico de puertas chirriantes y embobinado de negativos. En el herbario escuchamos sutilmente el lápiz y plumilla sobre el papel y el sonido de la aguja y el hilo que hilvanan los especímenes vegetales.

Otra de las historias que se narra borrosa es el origen mismo del herbario: los jardines, en un afán de ornamentación y exhibición de plantas y flores de todas las latitudes y extravagancias. Los jardines como colecciones vivas aparecen en el relato de Narcisa Hirsch, cineasta argentina de origen alemán, que habla de sus amigos coleccionistas de rosas antiguas y de cómo las flores anuncian la presencia del hombre. “En los años sesenta la naturaleza estaba sin que nadie la perturbara”, dice Hirsch mientras se detiene a hablar de “lengas” y “abedules”.

De refilón aparecen unos especímenes vegetales en conservación donde la etiqueta identifica al Museo de Historia y al Museo Argentino de Ciencias Naturales, pues en la segunda Guerra Mundial, cuando el Museo de Berlín fue destruido, los duplicados que enviaron a Argentina quedaron como la única reserva de la primera colección vegetal de los principales naturalistas que estuvieron ahí, como Jorge Hieronymus, quien llegó en 1872 y fue un gran entusiasta de las flores en el territorio argentino.

Finalmente, el monstruo como esta figura que anuncia lo oculto, destruye las formas y las esencias taxonómicas de los archivos y sus relaciones tradicionales, se desborda en la narrativa de un futuro archivístico fatal: “se han extinguido más de quinientas plantas en el planeta y se estima que entre el 80 y 90% del cine mudo ha desaparecido.”

El sonido de las moscas, de los insectos atraviesa estas materialidades vegetales, orgánicas, estas tecnologías de la memoria inscritas en los artefactos y las películas del cine silente a la intemperie, la inmanencia de la destrucción, de la muerte implacable, porque somos soportes de nitrato, generamos nuestro propio oxígeno que hace que el fuego sea inextinguible. El monstruo, pues, no es la película en sí misma sino el susurro que emerge de ella. ¿Qué secretos te cuenta a ti?

 

Afiche de Herbaria, filme dirigido por Leandro Listorti en 2022

 

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Mayra Rojo

Doctora en Historia del Arte Contemporáneo, curadora y artista interdisciplinar en artes, cine y discursos del cuerpo y la imagen. Como artista ha expuesto en Sem Censura (Florianópolis, Brasil 2017), seleccionada en el XXX de arte Joven, así como en el Festival Internacional de videodanza en Río de Janeiro Dança em Foco, artista invitada en el marco de la exposición Faunas del fotógrafo Joan Fontcuberta en el Museo del Chopo y el Museo Nacional de Historia Natural.