Editorial

Julio-agosto de 2021

 

 

En la imaginación de la humanidad existe una combinación de curiosidad y espanto ante el riesgo de encontrarse con seres de mundos distantes, personajes cuya media filiación describe que son colonizadores infames que someterán a nuestra especie o amistosos visitantes que de manera altruista contribuirán al desarrollo de nuestras capacidades. En su número de verano, Casa del tiempo reúne una serie de textos de varia invención que exploran esos deseos de diverso orden: hitos de la ciencia ficción, avistamientos ovni y un cruce fugaz con nuestras obsesiones. 

En el Ensayo Visual y en la sección Ménades y Meninas, en memoria del diseñador y artista plástico Vicente Rojo —recientemente fallecido—, presentamos obras del acervo de nuestra Universidad, algunas vistas de la gran exposición Escrito/Pintado del muac, de 2015, piezas clásicas de su labor en el ámbito del diseño editorial en México, y un ensayo sobre su arte y sus aportaciones a la vida cultural del país bajo la pluma de Héctor Antonio Sánchez.

En la misma línea de celebración, Carlos Martín Briceño escribe sobre los ochenta años del cuentista mexicano Agustín Monsreal; y Moisés Elías Fuentes rememora al poeta hondureño Roberto Sosa. Finalmente, a partir de una entrañable serie de anécdotas y reflexiones sobre más de cuarenta años de camaradería compartida en distintos ámbitos, Enrique López Aguilar rinde homenaje, en Tiempo en la casa, nuestro suplemento, a los escritores y académicos de la uam José Francisco Conde Ortega y Sandro Cohen, fallecidos recientemente.

Además, en Antes y después del Hubble, Marina Porcelli cierra su serie El tranvía que no paraba nunca mediante el recuento de las primeras escritoras del relato policial en América Latina y el mundo; Verónica Bujeiro nos introduce al trabajo del cineasta francés Chris Marker; y Juan Patricio Riveroll analiza las implicaciones de la escabrosa serie Allen v. Farrow.

 

 

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Ilustración: Guadalupe Urbina