“Feminismo es memoria”:
la escritura autobiográfica de Gloria Steinem y Jazmina Barrera

Nora de la Cruz
Enero-febrero de 2021

 

 

Pese a que no faltan los detractores, no se puede negar el impacto reciente de la escritura de las autoras que toman como punto de partida y materia prima su propia experiencia. Si bien no todos los casos son igual de afortunados, la crónica personal y el ensayo son espacios fecundos para este tipo de ejercicios que, a últimas fechas, sirven como complementos o contrapuntos a la narrativa de la experiencia femenina en la que habían predominado la perspectiva y la voz masculinas. Dos ejemplos de esta intención son las publicaciones que nos ocupan en esta reseña.

 

Mi vida en la carretera, de Gloria Steinem

Publicada en español por la editorial Alpha Decay, de Barcelona, luego de su edición original en inglés, Mi vida en la carretera es el recuento autobiográfico de una de las figuras más icónicas del feminismo norteamericano. Steinem, periodista y activista en activo desde los años sesenta, ofrece una crónica personal que toma como eje la idea del viaje como un elemento recurrente y formativo en su biografía. Compuesta por siete capítulos orientados a su vez por un tema (los road trips en la niñez, los trayectos para participar en “círculos de conversación”, las experiencias en taxis y aviones, las visitas a universidades, las giras proselitistas, los absurdos que le han ocurrido en algún viaje y sus visitas a comunidades originarias de Estados Unidos), muestra el oficio periodístico de la autora, y ofrece además un material de lectura particularmente atractivo en estos tiempos: una autobiografía con perspectiva de género. El gran viaje que relata Steinem a lo largo del libro es, en realidad, su camino a través del activismo y la defensa de los derechos de las minorías. En ese sentido, las experiencias personales y la ideología política aparecen entretejidas e inseparables. La autora observa las dinámicas familiares de su infancia desde su perspectiva feminista, y sus experiencias en distintos entornos políticos encuentran su motivación en anécdotas personales: la opinión que tenía su abuelo sobre Roosevelt, los aprendizajes que obtuvo de las mujeres con quienes compartía el transporte público en India, o la profunda amistad que la ha unido a mujeres afroamericanas y nativas.

Lo cierto es que quien busque un libro de teoría pura está mal encaminado. Gloria Steinem no es una ideóloga, eso es claro. Sin embargo, las mujeres abiertamente feministas, sin importar que se encuentren en el inicio o muy adelantadas en su trayectoria, pueden encontrar en ese testimonio una compañía entrañable para su propia experiencia, pues habla de cuestiones que es inevitable enfrentar: los descubrimientos iniciales, los obstáculos sociales y, por encima de todo, la necesidad de reivindicar nuestra propia narrativa e incluso nuestro derecho a disentir al interior del movimiento mismo. Por supuesto, la autora cae en las tentaciones inevitables: justificar algunas de sus decisiones políticas más cuestionables, o mirar con demasiado candor la otredad que tanto admira (los valores de los nativos americanos, en este caso). Sin embargo, esta memoria puede leerse como una historia de crecimiento contemporánea, en la que la experiencia iniciática femenina comienza con el autodescubrimiento y la exploración del entorno: una evolución nada desdeñable.

 

Linea nigra, de Jazmina Barrera

Publicado por Almadía en 2020, el nuevo libro de esta joven autora apareció en medio de cierta expectativa. Se habían publicado adelantos en revistas y medios digitales, y años antes Barrera y su esposo, Alejandro Zambra, habían comenzado a reflexionar en torno a la maternidad/paternidad a partir de su lectura y traducción de Pequeñas labores, ensayo de Rivka Garchen, y por supuesto, de su experiencia. De este modo, Linea nigra comienza insinuando que su esqueleto es el diario de embarazo de la autora (lo cual, personalmente, me parecía poco promisorio), pero poco a poco se revela como algo más. Dividido en cuatro partes (“Imagen embarazada”, “Linea nigra”, “Algunas noches blancas” y “Árbol de nuestra carne”), es un ensayo cuyo hilo conductor es, precisamente, el proceso de gestación y los primeros meses de cuidado del recién nacido. Sin embargo, el embarazo como tema sirve para imantar otros relacionados: la identidad de la mujer en relación con su cuerpo, las relaciones entre madres e hijas, la pérdida de la individualidad que supone el cuidado de otros y las implicaciones de todo esto en la creación artística.

Desde el principio, Barrera afirma la influencia del libro de Garchen en la escritura de Linea nigra, y por momentos parece que sucede un poco lo que en Pequeñas labores: sus mejores segmentos no son necesariamente los que se ocupan de sus experiencias. Pero en este caso, la dificultad se salva porque la autora consigue tejer un entramado complejo de relaciones y resonancias, que además de cohesionar el libro, amplifican el sentido de cada uno de sus segmentos, incluso los que en principio parecieran nimios. Como Garchen, se pregunta por qué la maternidad es tan poco representada en la literatura y en el arte en general, pero lleva la cuestión más allá al ofrecer algunas pistas e interpretaciones de obras creadas por mujeres y la relación de dichas creaciones con su propia identidad femenina, atravesada de una forma u otra por la maternidad potencial o real. Linea nigra ofrece una mirada honesta de la experiencia de gestar y cuidar, y una feroz defensa de la posibilidad que debería tener una mujer de ejercer su maternidad como un aspecto de su individualidad y no como una anulación de ella. Todo esto expresado en un ensayo bien balanceado, conmovedor e inteligente. Un libro que supera al anterior de su autora, y justifica las expectativas creadas en torno a él. 

 

Mi vida en la carretera

Gloria Steinem

Barcelona, Alpha Decay, 2016, 352 pp.

 
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Nora de la Cruz

(Estado de México, 1983). Autora de la novela Te amaba y me chingaste (Vodevil, 2018), y el libro de relatos Orillas (Paraíso Perdido, 2018). Compiladora del volumen Bidi Bidi Bom Bom: diez y cinco writers en torno a Selena (Paraíso Perdido, 2019).


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