Madres de Plaza de Mayo, Valeria Arendar, de la serie Dos veces María. Impresión giclée sobre papel Hahnemühle Photo Rag, 2022.
Este es el caso de la novela más distópica y política Dick, Fluyan mis lágrimas, dijo el policía. Una crítica a los mecanismos de opresión de las sociedades. El relato cuenta las vivencias de Jason Taverner, humano genéticamente mejorado y presentador del show nocturno más visto del planeta. En palabras de su coestrella: “su existencia pública, su papel como presentador de fama mundial, era la vida misma”. The Jason Taverner show sirve para tranquilizar a una sociedad que vive en segregación e hipervigilancia. De manera sutil nos narran exterminios de grupos marginalizados, algo que tanto la sociedad, como Taverner saben, pero no les interesa.
Durante una noche tiene un conflicto con su amante, una rápida pelea en donde parecería todo normal, pero a la mañana siguiente todo el mundo desconoce al aclamado conductor. Sus identificaciones han desaparecido, sus excompañeros piensan que es un stalker y sus cuentas de banco se han esfumado. Esto lleva a Taverner a intentar descubrir que sucedió y si es posible volver a la normalidad.
El hecho de que el protagonista sea una persona dedicada al entretenimiento en una sociedad hipervigilada tiene símiles profundos en los tiempos actuales, donde el entretenimiento se ha convertido en casi una necesidad. Nuestra atención es uno de los capitales más deseados para las empresas multinacionales, donde nos generan productos personalizados, al mismo tiempo que pasamos a ser meras estadísticas para alimentar a sus bases de datos.[2]
La sociedad de este mundo me resulta familiar a las descritas por Michel Foucault, quien propone a la vigilancia como clave para el condicionamiento de los individuos. Se emplearán instituciones que castiguen a quien incumpla normas; el paternalismo del estado se normaliza a niveles que parecería imposible vivir sin él. Se crearán “cuerpos dóciles”, individuos que justifiquen los abusos por parte del poder, concluyendo en que teman a cualquier idea de desobediencia. La violencia deja de ser directa y se convierte en algo sutil.[3]
En tiempos anteriores, la vigilancia venía de entidades metafísicas, mientras que, actualmente, el estado o empresas privadas toman ese rol, eliminando la privacidad para evitar ideas disidentes. Cuando se busca implantar, las figuras de poder se moverán bajo la bandera de una causa mayor: intereses nacionales, lucha contra radicalismos o riesgos en potencia. Gobiernos de diversas latitudes han recurrido a la invasión de la privacidad bajo la idea de “medidas de seguridad”, pero culminan en espionaje de con quienes pongan en riesgo el statu quo.
Existen diversas empresas que se dedican al campo de las tecnologías para la hipervigilancia, pero la que ha experimentado vientos favorables este año es Palanthir. Peter Thiel y Alex Karp son los encargados de dirigir esta empresa la cual se enfoca en el desarrollo de la IA para el análisis de datos personales, herramienta que ha sido utilizada por organismos gubernamentales para atentar contra la dignidad humana. Este año, se firmó un contrato de treinta millones de dólares con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para organizar redadas de deportación con datos cuyo origen oficial es desconocido[4]. No dudo que Taverner vio la influencia de las megaempresas en su sociedad; donde, bajo la excusa de aumentar la seguridad, justificó la recopilación de datos biométricos, al grado de que estar fuera de los registros es considerado un milagro.
La existencia física de Taverner y su inexistencia de documentos oficiales crean dos opciones igual de riesgosas: se puede huir del sistema o el sistema puede fallar. La sociedad dócil prefiere caer en negacionismos antes de confrontar los matices que implica un hecho fuera del dogma.
Además de la crítica a la opresión, Philip K. Dick arremete contra la apatía de la sociedad que ignora deliberadamente cualquier injusticia cometida por el régimen; mientras no se vean afectados por la tragedia, ésta no existirá. Cualquier individuo afectado será esfumado de su percepción, invisibilizando al grueso de la sociedad.
Siendo un claro ejemplo del mundo en el que vive, Taverner mira con fascinación a su chofer afroamericano. “Había muy pocos negros vivos, debido al proyecto de ley sobre esterilización de Tidman aprobado por el congreso”. Fueron segregados a tal grado que deben obtener acreditación para poder tener hijos. La sociedad no se interesa por el exterminio sistémico de los grupos marginalizados porque se les ha prometido que “el diferente” es el problema, sin imaginar que podrían ser los siguientes.
Junto con la apatía, las drogas son utilizadas para desintegrar el tejido social de una comunidad. En la novela, su consumo es ilegal, pero cualquiera con el suficiente dinero puede conseguirlas. ¿Puede coexistir la hipervigilancia del estado con mercados perseguidos por el poder? La respuesta nos regresa a la misma encrucijada: el estado es incapaz o es cómplice.
Se estima que solo en Estados Unidos, el comercio ilegal de drogas genera medio billón de dólares al año.[5] Esto desemboca en que diversos grupos armados entren en conflicto con gobiernos de regiones productoras de materias primas. Un claro ejemplo se da con los gobiernos latinoamericanos, cuya ubicación influye en su rol para la producción de sustancias. En las selvas tropicales de este hemisferio se conocen ciento treinta especies de plantas alucinógenas.[6] Esto hace que nos encontremos en lo que parecería una guerra sin fin; hemos sido testigos de cómo el tráfico de sustancias es una herramienta para la desestabilización de países.[7]
Un estado absoluto que no puede acabar con mercados ilícitos. Leer sobre un sistema así de controlado y con tanta tecnología hace que surja la pregunta: ¿Por qué no eliminan de raíz este mercado ilícito? Solo podemos especular que “si el estado buscara al narco, se encontraría a sí mismo”.[8]
El mundo en el que vivía Dick ya no existe, hemos experimentado cambios sociales, políticos, económicos en estos casi sesenta años. Le podríamos atribuir alguna capacidad vidente por la que logró obtener breves vistazos a nuestro presente. O tal vez, los cambios solo han sido superficiales y los problemas de fondo siguen intactos. Sea cual sea la respuesta, resulta aterrador familiarizarse con las visiones de este pesimista mundo.
[1] J. M. Sadurní, “Philip K. Dick, la excéntrica vida del escritor que inventó el universo de Blade Runner”. Historia. National Geographic, 16 diciembre de 2023, en https://historia.nationalgeographic.com.es/a/philip-dick-excentrica-vida-escritor-que-invento-universo-blade-runner_15958
[2] Pablo Esteban Rodríguez, “¿Qué son las sociedades de control?” en Revista Sociedad, 27, 2008, pp. 177-192.
[3] Id.
[4] Fernanda González, “¿Qué hace Palantir, la polémica empresa de cibervigilancia que es el brazo derecho de Trump?, en WIRED, 17 junio de 2025, en https://es.wired.com/articulos/que-hace-palantir-la-polemica-empresa-de-cibervigilancia-que-es-el-brazo-derecho-de-trump
[5] Mark Berry y R. V. Gundur, “Money laundering plays a key role in every part of the illegal drugs industry – here’s how it works”, The Conversation, en https://theconversation.com/money-laundering-plays-a-key-role-in-every-part-of-the-illegal-drugs-industry-heres-how-it-works-251288
[6] Cf. Beatriz Labate, Drogas, política y sociedad en América Latina y el Caribe, México, CIDE, 2015.
[7] Cf. Eduardo Gamarra, “La democracia y las drogas en América Latina y el Caribe”, en La democracia en America Latina: hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos: contribuciones para el debate, Buenos Aires, Aguilas, 2004, pp. 245-258.
[8] Joaquín Patiño, “Pepe Migala: ‘Si el Estado buscara al narco se encontrarían a sí mismos’”, en El País, México, 7 de julio de 2025, en https://elpais.com/mexico/2025-07-07/pepe-migala-si-el-estado-buscara-al-narco-se-encontrarian-a-si-mismos.html#?prm=copy_link
Veracruzano de nacimiento, biólogo marino de profesión y buzo de corazón. Sus libros favoritos son Dune, Pedro Páramo y Ubik. Vive fascinado de la ecología, desde los aspectos biológicos, filosóficos y políticos aunque, constantemente, le abrumen mucho.