Desde los revolucionarios proyectos alternativos de nación hasta las utopías más descabelladas y maravillosas, siempre hay una distancia entre nuestro país ideal y el que nos toca en suerte. Por tanto, en nuestro Dossier de agosto-septiembre ofrecemos breves indagaciones que intuyen el país imaginario en la mente de todo migrante por necesidad, esbozos del “sueño utópico” a lo largo de la Historia, manifiestos cuyas líneas reúnen esenciales derechos y libertades para construir una comunidad, ensayos que revisan la tragedia primordial en las utopías tecnológicas concebidas por la literatura, hasta textos que valoran la representación no idealizada de la identidad nacional en el arte contemporáneo.
En Travesías —y mediante una selección en Imagos—, Diana Cuéllar Ledesma nos conduce hasta Kassel, Alemania, para asistir a documenta, en su edición 15, una de las muestras de arte más importantes del mundo; Mónica Benítez Dávila se introduce al estudio abierto del Colectivo Interspecifics —montado en la Galería Metropolitana—, un grupo interdisciplinario que indaga entre los intersticios que “unen y separan al arte, la ciencia y la tecnología”; y Moisés Elías Fuentes ensaya las provocaciones poéticas del célebre escritor y cineasta italiano Pier Paolo Pasolini, en el centenario de su nacimiento.
La Red de Políticas y Estéticas de la Memoria —un colectivo de encuentro y reflexión artística en Chile— desmenuza en Ágora las implicaciones del espacio vacío dejado por la remoción del monumento al general Manuel Baquedano, en Santiago, a consecuencia de la protesta social desde octubre de 2019.
En Fractales, Marina Porcelli nos presenta una entrega más de su serie “Leopardos en el templo o la ceremonia interminable”, esta vez a propósito del psicoanálisis y los sueños; Giorgio Lavezzaro conversa con el escritor mexicano Rodrigo García Bonillas; y Roberto Abad celebra, mediante una reflexión sobre su narrativa, los cien años del portugués José Saramago.
En Umbrales, incluimos un poema de Katherine Bisquet, quien ha construido su obra a partir de su nacimiento y residencia en Ciudad Nuclear, en Cuba, cuya prometida planta que da nombre a la población nunca se concluyó.