Mujer textil, de Yohanna M. Roa

Natalia de la ROsa
Abril-mayo de 2022

 

 

Mujer Textil, Yohanna M. Roa. Documentación: © Antonio Juárez C.

La artista colombo-americana Yohanna M. Roa presentó la exposición titulada Mujer textil en la galería ArtLatinou de la Ciudad de México. El nombre de la exhibición evidencia el enfoque general del proyecto, dedicado a pensar la relación entre el arte y el trabajo textil desde un acercamiento a la teoría feminista. La curadora de la exposición, Karen Cordero Reiman, explica que la particularidad de la producción de Roa radica en la transdisciplinariedad, ya que atraviesa la costura, el trabajo de archivo y el performance. La propuesta expositiva consta de quince obras en los siguientes formatos: impresos intervenidos, grabados y estampados con costuras, bordados, crochet con agregados de cuentas, encajes y flecos. Forma parte de una investigación tanto teórica, ya que la artista tiene una formación académica, como práctica, basada en labor dentro de la costura y el tejido, conectado, a su vez, a un vínculo afectivo y familiar, ya que su abuelo era sastre y su abuela costurera y modista. La propuesta entrelaza varias capas, como si la curaduría y la elección de materiales realizara una suerte de metatejido al unir distintos elementos que parecen contrapuestos: arte y costura, escritura y bordado, arte culto y arte decorativo, trabajo maquinal y trabajo manual, formas de conocimiento hegemónicas con epistemologías alternas.

La exhibición aprovecha la galería para crear un espacio que transforma la condición del cubo blanco y da paso a un ambiente que oscila entre el contexto doméstico y el salón de arte. Esta decisión de montaje permite ampliar el vínculo y tensión entre objeto artístico y objeto textil, ya que incluye una dicotomía complementaria, sustentada en el vínculo entre cuerpo y arquitectura, por medio de la elección de un mobiliario específico como acompañamiento museográfico (un par de mesas, un cojín escultórico y un tapete), así como la unión entre dos telas a la pieza que da nombre a la muestra, Mujer textil (2022). La conexión entre construcción, mobiliario y vestuario constituye un punto de inflexión de toda la propuesta, ya que ataca la noción de dispositivo curatorial pasivo al incluir una acción corporal, sus residuos y posibilidades abiertas.

La exhibición forma parte de una serie más extensa. Tiene como antecedente directo la instalación/acción Mujer textil-Hábitat (2019), presentada en Cali, Colombia. En ella, Roa unió la acción performática con todo un entorno textil mediante un vestido/ambiente. Para esta nueva muestra, como aconteció de manera previa, la activación de la arquitectura mediante el cuerpo de la artista fue sustancial. El día de la inauguración, Yohanna portó un traje compuesto por un vestido, pantalón y blusa en tonos púrpuras, acompañado por un bordado de cuentas, un gorro con flecos e imágenes femeninas extraídas de libros sobre arte y tejidas después sobre el traje. Utilizó, a su vez, un cinto/harnés que le permitió conectar otros fragmentos de telas colgadas a la pared que intervino directamente. Al portar este traje, Roa modificó el sentido decorativo y contemplativo del artefacto y retornó el objeto artístico a una condición ritual: al quebrar el sentido estático de la sala al unirse con el tapiz, al mover y cambiar el sentido de las obras montadas; al recortar las alas de mariposas impresas en el diseño de la tela, o al tirar y desmantelar hojas de libros. Este diseño resulta el eje de la exhibición, ya que guía la reflexión y es capaz de redefinir los significados de las obras que le acompañan: la arquitectura se corporaliza, los lienzos a muro bajan, las imágenes antropológicas salen de la taxonomía, inclusive la feminidad desde el referente occidental es cuestionado. El libro de artista Fe de erratas confirma dicho acercamiento, desde el cual Roa “reescribe” un libro de biología tradicional, impreso en 1933, con patrones que inciden en las nociones y determinaciones médicas construidas desde la mirada disciplinar de la modernidad colonial/patriarcal. Esto confirma un método de búsqueda y selección exhaustiva de materiales bibliográficos con los que Yohanna Roa ha constituido un modelo alterno para concebir al archivo, la biblioteca o la colección de arte, a partir de la trasgresión y la reconstitución.

Mujer textil utiliza la referencia a la costura y al ámbito doméstico para introducir una amplia reflexión en torno a la misma Historia del Arte. Statement 1 y Statement 2 son dos tentativas dedicadas a cuestionar las formas de estudio y difusión de la disciplina, al desdoblar la narrativa canónica y reinventar un lenguaje mediante el tejido mecánico que pasa por encima de las imágenes impresas y las letras, mediante hilos ordenados a partir de un patrón en grecas que configura un alfabeto experimental, donde el color y la forma remiten a otros significados y lenguajes abstractos. Al girar verticalmente las páginas reordena también la forma de la lectura.

Las obras Cenefas I, Ventana, Tapiz, Mantel y Ornamento realizan otro viraje importante. Estas piezas tienen la particularidad de trasgredir la noción de imagen que reside en la reproducción en los libros de texto, base de una pedagogía letrada para el estudio del arte, al cambiar su sentido como objetos cotidianos. Cada una de estas nuevas “telas” trasgrede la separación entre objeto estético y objeto útil. En cambio, el conjunto propone la reapropiación de las referencias del arte occidental (un mural renacentista, un grabado barroco, una pintura neoclásica) que Roa restituye por medio de retazos, recortes del mismo libro, bordados y collages, para recobrar una funcionalidad directa, como lo evidencian los títulos, ya sea para decorar, mirar a través o recubrir. De esta forma, las figuras y la misma estructura narrativa de las escenas iniciales, ya fueran míticas, alegóricas o de paisaje, son alteradas, mediante el recorte, el contorno, la textura y el color. Mi pecho con flores dialoga con este conjunto, ya que utiliza una página ilustrada que cambia de sentido, incluye bordado y un enmarcado. La obra enfatiza nuevamente la relación entre corporalidad y construcción, al usar un encaje rosa como tapiz para transformar el muro. Este detalle confirma y recuerda constantemente que todo este ejercicio expositivo fue definido al tomar en cuenta la experiencia propia.

Por otro lado, las piezas Retrato de familia I, Retrato de familia II, Retrato de familia III retoman el género pictórico y las tradiciones holandesas, rococó y neoclásicas para profundizar en el motivo de la figura femenina. De esta forma la artista cuestiona las formas de representación de la femineidad desde el arte, a partir de la intervención en hojas de libros de historia del arte o en un estampado en papel perlado con bordados, tul, abalorios, a lo que se suman los marcos en crochet o encaje. En este ejercicio se lleva al extremo la materialidad, al tapear completamente a estos personajes, siendo el marco un elemento que unifica la imagen con su soporte y con ello da otro sentido a la lectura del retrato. Finalmente, Yohanna Roa presenta una exploración dedicada a El Juicio Final de Miguel Ángel. Por medio de la acuarela, Roa colorea estas corpulentas figuras con tonos brillantes. Al mismo tiempo, reconstruye este mural por medio de grabados al línoleo y un marco con coloridos encajes. Asimismo, reconstruye una capilla bajo un juego que parte de la traducción impresa y bidimensional y retorna a la plástica arquitectónica, esta vez a una escala donde la reconstrucción de la capilla redirige la recepción y la personaliza hacia otro tipo de cuerpo, distinto a aquel definido como ideal en el Renacimiento.[1]

Esta exposición resulta un trabajo fundamental para comprender diversas posibilidades metodológicas para pensar y estudiar el arte. Vale la pena pensar estas formulaciones más allá del campo artístico, poético y estético para asumir un método que incida directamente en las propias instituciones, ya sea el museo, la galería, la biblioteca o el archivo, al crear opciones que no existían, como exponen Ariella Azoulay o Ananda Cohen-Aponte, al imaginar estos otros espacios.[2]

 

Mujer Textil, Yohanna M. Roa. Documentación: © Antonio Juárez C.


[1] Katherine McKittrick (ed.), Sylvia Wynter: On Being Human as Praxis, Durham, Duke University Press, 2015.

[2] Ariella Azoulay, Historia potencial y otros ensayos, México: Conaculta, 2014; y Ananda Cohen-Aponte, “Reimagining Lost Visual Archives of Black and Indigenous Resistance”, en Selva: A Journal of the History of Art, 3, otoño de 2021, pp. 157-174.

 

"Mujer Textil", Yohanna M. Roa. Documentación: © Antonio Juárez C.

"Mujer Textil", Yohanna M. Roa. Documentación: © Antonio Juárez C.

"Mujer Textil", Yohanna M. Roa. Documentación: © Antonio Juárez C.

"Mujer Textil", Yohanna M. Roa. Documentación: © Antonio Juárez C.

"Mujer Textil", Yohanna M. Roa. Documentación: © Antonio Juárez C.

"Mujer Textil", Yohanna M. Roa. Documentación: © Antonio Juárez C.

"Mujer Textil", Yohanna M. Roa. Documentación: © Antonio Juárez C.

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Natalia de la Rosa

Investigadora, docente y curadora. Realizó un doctorado en Historia del Arte en la unam y actualmente es becaria postdoctoral en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la misma institución. Colaboradora en los seminarios Yacusis. Grupo de Estudios Sub-Críticos y Despatriarcalizar el archivo.